La vida no es mas que un interminable ensayo, de una obra que jamás se va a estrenar...

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lunes, 28 de junio de 2010

Tímida y salvaje


De a poco me voy transformando, de a poco me vuelvo un ser sensible e insensible a la vez. El temor a fracasar, el orgullo de ganar son todas cosas que juegan en mi. A veces me pregunto si este sera realmente mi camino, el que elegí con la libertad que me otorgué.
Al caminar por los fríos pasillos sintiendo el olor a muerte que abunda en ese lugar. A sangre, a vísceras retorcidas, porque no tubieron un lugar mejor donde ir a parar. Miro aquellos cuerpos ya sin vida hace mucho, expuestos a miles de ojos curiosos y con sed de saber, cuerpos que alguna vez sintieron, que sufrieron, que lloraron y tal vez amaron. Ya no lo hacen. Desnudos sobre el frió mármol ya no sienten. No se averguenzan. Ya no saben. Ya no están.
Y me pongo mi túnica blanca y entro, una rutina de todos los días, como si fuese algo normal hablar, reír...entre ellos. Y yo ya no se lo que siento. Me confundo yo misma, me confunden. Luego, el silencio, cuando todo el mundo se va, cuando quedo a solas entre ellos con unos pocos, y en verdad el silencio se hace sentir, se hace oler, quedo expuesta a todo lo que hay a mi alrededor...
Y el día termina con píldoras que tratan de calmar mi dolor por dentro, pero no lo hacen, nunca terminan de hacerlo, solo siento que juegan conmigo y me hacen presa de mi cabeza, de mis pensamientos y deseos. Solo me pregunto cuando terminará, cuando todo volverá a la normalidad... y los días pasan y no me doy cuenta, vivo cerrando los ojos y abriéndolos en interminables idas y venidas. Sumergida en un mundo que no todo el mundo conoce. En el mio, el cual construí pero no se si esta del todo bien, y tal vez quizás nunca termine de saberlo.
Y esta noche me encuentro tímida y salvaje deseando no estar acá, recordando, como siempre, como es de costumbre ya para mi. Y se que tengo que ponerle fin a esta auto destrucción que me esta quemando por dentro.

miércoles, 9 de junio de 2010

Estoy esperando que tus visceras mediastinales traten de explotar y despiertes dándote cuenta de toda tu creación, de todo tu mal.
Mientras yo sigo escuchando la dulce música que hace adormecer a mi ojos,
y sonrío artificialmente, en una mágica combinación de cosas que me hacen darme cuenta en donde estoy.