Asi que decidí sentarme en la esquina de mi vida.
Allí donde pasan los trenes, autos, y motos. Para reflexionar sobre el momento de mi vida...
Nada me parece familiar excepto por lo que siento dentro, lo que me atormenta bajo esta intensa lluvia de verano. Y las estrellas hoy no se dejan ver. Entonces es allí donde todo parece como el ayer.
Las caras cambiaron, pero los nombres me quedan grabados. Entonces en la esquina que me senté, la tormenta me empapó. Y empeze a respirar... y desear que nunca termine. Y en mi mente empezé a bailar con las estrellas que no veía, y le pedí un deseo a una que pasaba...que no todo parezca como el ayer.
Porque este mundo se esta yendo lentamente a un lugar donde ya no pueda escribir mas...
Mi pelo empezó a jugar con el agua y por un momento sonreí. Por un momento ya nada me importaba. Olvidando las razones de porque estaba allí, en la esquina.
Me sumergí en mi nombre y no escuché mas nada, solo el sonido de la lluvia con los ojos cerrados. En la esquina me dí cuenta que la vida esta pasando ahora y no mañana. Y respiré como nunca... sin hacer ningún sonido.
Recordé como lloro antes de dormir, pidiendo que la locura no me lleve, pero por algún motivo pensé que la vida no siempre es lo que parece y que aveces el mas débil se convierte en el mas fuerte.
Así que en la esquina de mi vida, me sentí libre. Y no me importó si la gente creía o no en mi.
Esta vida es mia. Y es hoy y no mañana.
